favorece el sueño
A lo largo del día, solemos vivir distintas situaciones que a veces no le dedicamos tiempo en procesar y atender.
Esto hace que durante la noche, nos cueste conciliar el sueño, durmamos mal o incluso nos despertemos antes de lo esperado.
Un consejo dentro de la higiene del sueño es, «no convertir la cama en un ring de boxeo» Esto quiere decir, que no es saludable estar en la cama y empezar a dar vueltas y vueltas a mil pensamientos o dejar que la mente divague de una escena a otra del día sin ningún beneficio añadido.
Este sencillo ejercicio, que a medida que practiques de forma asidua empezarás a notar sus efectos beneficiosos, es una técnica con la que vamos a entrar en un estado profundo de sueño y lograr que las horas de sueño cundan y al despertar sintamos un verdadero descanso de cuerpo y mente.
Cuando apagues la luz, túmbate boca arriba. Entonces empieza a hacer un recorrido por las escenas que han ocurrido en tu día. Con un orden. Empieza visualizando desde el momento en que te despertaste y así ve pasando por cada acción que has realizado hasta llegar al momento en que estás ahora.
(Por ejemplo, me desperté, fui al aseo, preparé el desayuno, realicé alguna actividad domestica, salí a la calle, me crucé con una conocida, llegué a mi puesto de trabajo, etc etc etc hasta terminar de hacer todo el recorrido por lo que ha sido tu día. De principio a fin)
Muy Importante ¡! La clave es observar cada escena sin detenerte en ninguna, como cuando vemos una película. Es decir, lo normal es que cuando lleguemos a una escena determinada nos detengamos y empecemos a analizarla, a crear más contenido respecto a ella… Entonces para, vuelve a empezar el ejercicio, así de sencillo, y cuando llegues a la escena en la que te has atascado antes, pasa a la siguiente.
Como toda técnica que empezamos a implementar es normal que al principio surjan resistencias y que queramos abandonar el ejercicio. Por mi propia experiencia os recomiendo ponerlo en práctica porque lo que suele ocurrir, cuando está integrado, es que ninguna noche llego a terminar el repaso diario y caigo profundamente dormida como si me acunaran como a un bebé. Así que por más que al principio pueda parecer laborioso o incluso os parezca que no tiene sentido, abriros a la posibilidad de experimentarlo. Y daros la oportunidad de cerrar el día, para empezar con energía extra y renovada a la mañana siguiente.
Si durante un mes cada noche (o la gran mayoría) lo empezáis a practicar vais a ver lo maravilloso que es poner en orden el día antes de sumergirnos en el mundo onírico.