cuando decido hacer las paces con el pasado, tengo ante mí una tarea ingente… pero que eso no te sirva de excusa para no hacerlo. porque al final el pasado se convierte en ese «cajón desastre» que se va llenando y ya no sabes ni qué hay dentro (lo cual a veces es un motivo extra para ponerlo en orden, porque puedes encontrar cosas queridas que dabas por perdidas…) En cualquier caso, encuentra la motivación que te hace decir «ok, me pondré manos a la obra» porque es ahí en tu pasado, en tu historia personal, en eso que forma el puzle de tu vida donde se encuentran esas piezas sueltas que sin ellas nunca conseguirías ver los detalles al completo. es la primera puerta de entrada al «conócete a ti mismo» el famoso aforismo griego escrito a la entrada del templo del Delfos.
practicar el aquí y el ahora es una de las grandes enseñanzas que mejores beneficios ejercen sobre mi persona. saborear el instante, ser contenida por cada momento, sentirme una con el Todo. Pero para llegar a ello tuve antes que batallar duro contra mi mente, derribar multitud de estructuras de pensamientos, maneras de reaccionar y formas de actuar. cambié desde la raíz mis razones para hacer las cosas, empecé a ver desde dónde quería hacer las cosas, me planteo que cada acción que realizo es el legado que dejo atrás, qué huella estás dejando hoy, cómo quieres ser recordada, en definitiva me armé de valor y desmonté por completo mi muro de defensa, el tan manido » es que yo soy así» y empecé a Ser conectándome a mi esencia. apostando por lo sencillo, simplifico mi contenido mental; porque no sé si a ti te pasará igual que a mí antes: yo era capaz de darle mil vueltas a un asunto y lo único que conseguía era perderme en mi propio laberinto mental… Hoy me doy las gracias por haberme vencido a mí misma y estar en el camino de la conquista de mi paz interior.
Porque para iluminar mi futuro, tengo siempre a la vista mis metas, mis sueños, mis deseos, y aunque eso no me garantice que los vaya a alcanzar, al menos sí me aseguro de no rendirme…por más lejos que parezca que estoy de ellos. Me gusta crear en mi mente, con mi capacidad de imaginar, situaciones en las que me veo a mí misma habiendo conseguido uno de mis propósitos vitales ¿cómo será cuando me deje de juzgar tanto? ¿cómo me sentiré cuando aprenda a ser más amable conmigo? ¿qué ventajas tendré cuando supere mis miedos? Creo en mi mente situaciones donde mi ideal de persona autorrealizada se desenvuelve con naturalidad, con soltura y me quedo ahí un rato hasta que una sonrisa se pinta en mi rostro y me inunda una gran sensación de bienestar interno. El cerebro tiene mecanismos por los cuales no distingue lo real de lo imaginado, de hecho esto lo puedes corroborar recordando momentos en los que has pensado en posibles finales de una situación ya sea buena o mala y dentro de ti se activan las mismas sensaciones corporales y emocionales como si lo estuvieras viviendo o lo hubieses vivido. Por eso si practicas un poquito cada día y te acostumbras a verte como alguien que logra sus sueños, que es capaz de ir a por lo que es importante, y empieza a priorizar su bienestar, puedes estar segura que tu cerebro se pondrá de tu lado y genera posibilidades que te acerquen cada vez más hacia tu más preciado tesoro.
Me despido con esta frase a modo de resumen, para que la tengas a mano si quieres saber cómo estarás mañana mira bien lo que haces hoy.
Te pongo aquí esta pequeña hoja de ruta para ir esbozando el camino que te haga poner en practica este mandato antiguo: «dejo ir el pasado, honro el presente, ilumino el futuro». Puedes hacer clic en este enlace, las tres preguntas.