Mi alquimia de los buenos sentimientos te trae esta propuesta con la que espero puedas decir adiós a ese sentimiento que pude estar provocándote un bloqueo para alcanzar tus propias metas.
Te sugiero que la cocines desde el silencio interno, para que no le quites atención a lo importante.
Antes de dar la receta te hago una advertencia, hay una envidia tóxica (que contiene un potente veneno como algunas setas) Así que esa envidia ni tocarla porque te hace caer fulminada en una especia de hipnosis que no te permite ver la realidad con objetividad; y por lo que sé es que el antídoto tarda años en hacer efecto… Esta envidia se distingue a simple vista porque a su alrededor hay un tufillo a deseos oscuros.
Dicho esto, procedemos a enjuagar bien las envidias con un chorro de agua lo más clara posible y poder ver qué se esconde entre sus hojas, suelen tener escondidas inseguridades, baja autoestima e incluso a veces se les queda pegado el sentimiento de inferioridad.
Dentro de las envidias «comestibles» encontramos dos tipos:
Las que se expresan abiertamente y las que se expresan en silencio.
Para esta receta puedes usar la que mejor te convenga.
Las envidias son muy amargas, por eso no llevan roquefort y es mejor acompañarlas con una vinagreta agridulce. La miel que uso es de la marca «si tú puedes, yo también» y el vinagre de moderna marca «renovarse o morir»
Cuando estén emplatadas le añades unos frutos secos que aportan fuerza a las neuronas y así crean nuevos modos de alcanzar lo que te gusta de otras personas, con valentía y no con impotencia o frustración.
Con esta receta de envidias sin roquefort vas a ver que el sabor te recuerda que la envidia es admiración inconfesada. Este delicioso sabor te lleva a digerir que aquello que admiras en los demás esconde un deseo de superación personal, que suele estar escondido detrás de tus complejos y prejuicios aprendidos.
Empecé con una advertencia y termino con otra, si llevas tiempo con las envidias en tu alacena mental te aconsejo recortarles los extremos, donde se acumulan las opiniones ajenas similares y ese sabor amargo es bastante difícil de eliminar.
Truqui personal, yo las envidias me las como rodeada de personas que se alegran cuando a los otros también les va bien!
PD: la vinagreta la puedes usar en otras ensaladas 😉
salú y buen provecho!