si llevas tiempo currandote tu desarrollo personal ya estarás recogiendo los frutos de un camino lleno de luces y sombras. Limpiar los rincones de nuestra psique es una labor solo para valientes, y tiene sus recompensas. Estas son para mí, cuatro de ellas:
dejar el ego a un lado
Para mí personalmente es un logro “dejar el ego a un lado” cuando me descubro queriendo llevar la razón, pero ya no me enredo. El gran ejemplo de esto es cuando dejas de discutir con tu madre, y te retiras pacíficamente desde el silencio cómplice que me susurra “le regalo mi victoria”
experimentar el desapego
El desapego lo pongo en práctica cuando no me creo nada de los «rollos» que me cuento y entonces me retiro un paso y me despego de mis pensamientos…tomo conciencia que no soy ellos, que solo soy el contexto en el que ocurren, al igual que un vaso puede contener cualquier sustancia sin ser ninguna de ellas. Desapegarme es caminar ligera de equipaje cuando reconozco lo que escapa a mi control.
objetivizar la realidad
El otro día me sentí muy orgullosa de mí misma cuando en vez de cabrearme, porque una furgoneta de reparto me pitó en un paso de peatones, respiré y vi la escena en su conjunto… Darle a cada cosa su importancia justa eso es objetividad, ver el cuadro desde fuera para no tomarme las cosas a lo personal.
fluir con los bloqueos
Soy capaz de fluir cada vez que algo no me sale como esperaba, o cuando algo me duele, normalizo mi malestar, no lo intento ocultar ni confrontar. En vez de bloquearme con resignación, decido fluir con aceptación proactiva. Y en vez de hacer del problema un problema decido centrarme en las posibles soluciones, creo alternativas donde antes me bloqueaba de forma victimista. Y actúo de manera consecuente.
Y cuando por fin te liberas, afirmas con gusto: “maduro emocionalmente”
Ese es el premio a todos los esfuerzos conscientes que he realizado por construir una mejor forma de estar en el mundo y de ser genuinamente yo.
¿en cuál te reconoces?