El estrés es una activación de nuestro sistema nervioso que mantenido de forma prolongada provoca multitud de malestares que pueden desencadenar a la larga enfermedades de varios tipos (ya que son muchas las investigaciones que han demostrado su impacto en determinadas funciones cerebrales)
Es muy importante destacar que cada persona manifiesta diferentes respuestas ante las mismas situaciones, es decir, que ante el mismo estímulo una persona puede estresarse y otra no o hacerlo en diferentes niveles de activación. El estrés por sí mismo no es un problema, el problema aparece cuando una vez que ha pasado la situación estresante el nivel de activación no disminuye… El estrés entonces se convierte en algo que podemos clasificar de forma dual, hay un estrés «bueno» o necesario» y un estrés «malo o innecesario»
El estrés, es una respuesta que se da ante situaciones que son interpretadas como amenazantes y el cerebro activa energía extra con el fin de hacerle frente. A veces las situaciones no implican riesgo directo a nuestra supervivencia, por ejemplo realizar un examen, mudarse, conocer gente nueva. Otras veces son determinadas emociones las que disparan nuestro nivel de estrés como la frustración, la timidez, el miedo. Puede ser que rememorar momentos pasados o posibles eventos futuros, también nos lleven a alimentar nuestros niveles basales y el estrés se apodera de nuestro organismo. El estrés nos prepara para ejecutar con éxito una situación, pero como ya hemos visto si dicha situación desaparece y el nivel no baja entonces se convierte en algo desadaptativo. Incluso a veces el propio estrés nos bloquea y no «damos pie con bola» Además determinadas situaciones son estresantes para unas personas y no para otras. Y es ahí donde reside la posibilidad de conocer mejor dónde están aquellas partes de nuestro ser que necesitan atención. Espero que estés aprendiendo sobre este tema y te brinde nuevas formas de abordar tu visión ante el estrés.
Se ha demostrado que hay ciertas áreas del cerebro, como la corteza prefrontal, la amígdala y el hipocampo que ven reducido su tamaño como consecuencia del estrés mantenido en el tiempo. Éstas áreas juegan un papel muy importante en la regulación emocional, la memoria y el aprendizaje. Las expectativas, el miedo y el estrés están estrechamente relacionados. De ahí lo interesante de aprender de aquellas situaciones que nos disparan los niveles de estrés porque nos informan de facetas de nuestra personalidad que pueden estar bloqueando nuestro desarrollo personal y nuestra posibilidad de acercarnos a nuestra mejor versión. En cuanto a las técnicas de relajación enumeradas (*), cada una de ellas es una invitación a profundizar en tu autocontrol y autoconocimiento para que tu voluntad de querer estar bien no esté dominada por automatismos…además que en ultima instancia añado la idea de acudir a terapia y que sea un profesional quien te ayude a lidiar con tus niveles de estrés y a su impacto en tu bienestar. (*)Relajación muscular Educación emocional Entrenamiento Asertivo Mindfulness y meditación, Acudir a terapia.
Un apunte más en cuanto a la idea de recalcar que el estrés por sí mismo es necesario ya que nos prepara para ejecutar una acción con un resultado optimo y a la vez advertir que el estrés se vuelve en nuestra contra cuando se va acumulando y/o cuando una vez superada la situación detonadora o pasado el estímulo que lo activa este nivel no disminuye e impide volver al organismo a un estado natural de activación.
La mejor estrategia en el manejo del estrés es la prevención. Minimizar el impacto del estrés se consigue mediante el trabajo previo de reducir el nivel de activación basal. Prepararnos a través de las técnicas de relajación y aprender a mantener nuestra atención focalizada está a nuestro alcance y es una posibilidad con innumerables beneficios. Si determinadas situaciones, personas o emociones te producen estrés es un indicador de que hay algo que tiene que ser trabajado. Porque no todo el mundo que va en el coche y entra en un atasco y llegue tarde al trabajo se estresa ni si lo hace, lo hace al mismo nivel ni las respuestas ante dicha activación son las misma… ¿verdad? Puede que quieras empezar a practicar las distintas formas de autoconocimiento y observación propia. Y en vez de estresarte por estar en el coche en el atasco llegar tarde al trabajo y cabrearte, ponerte a pitar, empezar a soltar sapos y culebras por la boca, agobiarte porque verás la que te va a caer cuando tu jefa se entere, y un largo (e infinito) etcétera… puede que decidas tomar unas cuantas respiraciones profundas, escuchar música agradable, enviar un mensaje a alguien, mirar algo agradable en el teléfono, leer un libro, observar el cielo, hacer una pequeña meditación tipo «mindfullnes», escuchar un audiolibro (que por cierto ya sabes que tienes mi guía en la web también en este formato)… y un sinfín de posibilidades, que aunque no te van a solucionar la situación per se, ésta no va a ser experimentada como algo amenazante.
Ejercicio Práctico: «Te invito a enumerar en una libreta aquellas situaciones que te estresan. Cuando tengas unas diez, ve poco a poco trabajando cada una de ellas: ¿cómo has llegado a ella? ¿cómo te sientes cuando ocurre? ¿qué está ocultando, que hay detrás? ¿qué haces y no te da resultado? ¿qué técnica de relajación puedes aplicar?» … Se trata de analizar cada situación de tal manera que la descompongas en partes para verla de una forma diferente y consiga perder fuerza, de manera que cuando vuelva a ocurrir tengas a mano un saquito de herramientas que te ayude a transitar “tu estrés” y no que el estrés te devore a ti.
Cualquier cosa que te interese saber, estoy a tu disposición 😉