viajar es la mejor escuela
Mi cara se pinta con una sonrisa al empezar a escribir estas palabras… mis andanzas viajeras ¡!
Durante cinco años, después de acabar la carrera, el mayor tiempo que pasé en un sitio fueron ochos meses… Mi vida era estar en movimiento. Mi mochila y yo.
Mis tres grandes experiencias han sido Brasil, Irlanda y Perú.
En Brasil con veintiséis añitos, viví allí casi tres meses. En Salvador de Bahía.
En Irlanda con veintiocho años, estuve allí tres meses. En Cork.
En Perú con veintinueve años , estuve durante seis meses. En Cuzco.
Brasil me mostró que estaba llena de inseguridades, Irlanda me hizo comprender cómo hacer para superar mis miedos y Perú me abrió el camino a ser la mejor versión de mí misma.
Estos tres grandes viajes, estas tres grandes aventuras forman parte de lo que soy hoy. Una persona que ha asumido que los fantasmas mentales no se van si dejas de mirarlos… si no que se hacen más grandes. Una persona que se atreve a mirar de frente sus carencias porque es el único modo de convertirlas en potencial de acción. Una persona que ha aprendido a amarse cada segundo como estilo de vida.
Dijo Ortega «yo soy yo y mis circunstancias… y hasta que no las libre no seré del todo yo» esta frase para mí implica la necesidad de trascender lo que nos rodea, no usarlo como justificación para hacer o no hacer aquello que es importante y valioso. Ir un paso más allá de nuestras circunstancias, y que no sean las que determinan nuestra vida. Se trata en todo momento de tomar el control de nuestra existencia. Ser el auriga de la metáfora de Platón que consigue domar la razón y la pasión, los dos caballos que tiran del carro y lo conducen hacia la victoria.
Y ningún puerto es de llegada…sigo en mi avance continuo, viajando por mi interior.
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