te protejo
Con 37 años fui madre, mi hija Indala llegó después de un embarazo maravilloso y un parto natural que duró cinco horas.
Y la frase se hace real «hasta que no seas madre…» no sabes lo que significa tener un pedazo de ti fuera de ti, un trozo de tu carne, sangre de tu sangre… Alguien que depende de ti, que te necesita, que imita lo que ve, que interpreta la realidad a través de lo que le llega de su entorno más cercano, del entorno en el que se siente segura, de las personas que recibe cariño, seguridad, comprensión.
Ser madre es la actividad que más atención necesita, porque entran en juego dos mentes. Y una de ellas en constante cambio. La cantidad de información que procesa la mente cuando somos pequeños es asombrosa, de hecho la plasticidad neuronal y la velocidad con la que se establecen nuevas redes neuronales durante la infancia está (bajo mi punto de vista) desestimada. Si esto se tuviera en cuenta le daríamos a nuestros hijos e hijas muchísima mejor información y tendríamos muchísimo cuidado a la hora de ofrecerles determinados contenidos y/o exponerlos a determinados comentarios.
Un dato que puede sorprender es que el cerebro cuando somos pequeños (desde el nacimiento a los 3 0 4 años) está preparado para aprender de dos hasta cuatro idiomas… ¡¡¡¡ no es asombroso!!!!
«Nuestra mente tiene un potencial que aún a día de hoy estamos descubriendo, es como la idea de que solo usamos un porcentaje pequeño de nuestra capacidad cerebral, pues yo estoy de acuerdo. Esto no significa que deba ser así, si no todo lo contrario, significa que hay que aprender a entrenar nuestros pensamientos para que actúen a nuestro favor y nos abramos a experimentar la vida y la realidad desde un lugar más luminoso. Y conseguir que nuestras capacidades y habilidades se potencien y se despierten»
En mi caso poder observar tan de cerca cómo Indala crece, cómo evoluciona, cómo cada día va integrando nuevos aprendizajes, y lo más importante cómo aprende a ser independiente, capaz, lo bien que se siente bien cuando consigue hacer las cosas por sí misma. Ese es el mayor regalo que la vida me hace. Ver a mi hija crecer. Es Milagroso.
MI objetivo es que se ame, que se respete, que exprese con naturalidad sus sentimientos, que no haga las cosas para que los demás la acepten… en definitiva intento que sea consciente de sus necesidades y que a la vez aprenda a tolerar cuando a veces éstas no se ajustan a las necesidades de los demás.
Me gusta la madre que soy, y para eso he tenido que aceptar las ocasiones en que me equivoco porque es la única forma de hacerle ver a ella que es importante saber pedir disculpas y reconocer cuando no hacemos las cosas bien. El ejemplo es el mejor aliado en la educación.
Es muy satisfactorio cuando ves que estás criando a una niña con recursos personales como la libertad la felicidad y el amor hacia ella y hacia los demás.
Ser mami, es Responsabilidad y Entrega.
Maternar me impulsa a querer ser mi mejor versión.
gracias hija por ser el brillo de mi alma, la alegría de mi corazón, el amor de mi vida.
TETODO
Deja una respuesta